Por segundo año consecutivo, Argentina, Chile y Uruguay coordinan esfuerzos para fortalecer capacidades de responsables de Áreas Marinas Protegidas con el fin de contribuir a su manejo efectivo. Enfoque regional, foco en competencias y articulación interinstitucional, son algunas de las claves de esta iniciativa sin precedentes en la región.
Las Áreas Marinas Protegidas (AMP) son creadas para conservar ambientes y especies y garantizar el uso sustentable de sus recursos. Bien gestionadas, generan beneficios ambientales, sociales y económicos, que pueden ser cruciales para comunidades costeras y economías regionales. Sin embargo, gran parte de las AMP del Cono Sur no consiguen sus resultados como consecuencia de falencias comunes en los países de la región.
La capacitación del personal encargado del manejo y supervisión de estas áreas es fundamental. En un contexto de recientes creaciones de AMP en Chile y dos proyectadas en Argentina, se plantea una importante demanda de recursos humanos especializados en la gestión efectiva de estas herramientas de conservación marina. Así, para desarrollar capacidad institucional en Argentina, Chile y Uruguay, en 2017 se lanzó el curso piloto de la Escuela de Gestión de Áreas Marinas Protegidas del Cono Sur, que el 19 de julio comienza su segunda edición.
En las próximas 16 semanas, se formarán 20 encargados, administradores, gestores y supervisores de AMP de los 3 países, virtual y presencialmente, en el diseño e implementación de procesos para la elaboración de planes de manejo. En 2017, los participantes recibieron formación en competencias para la evaluación de efectividad de AMP y gestión de proyectos.
La Escuela de Gestión de Áreas Marinas Protegidas del Cono Sur es un esfuerzo dirigido a identificar estratégicamente las capacidades que se requiere desarrollar en los distintos países y formar a los profesionales responsables en ellas. “Para las futuras actividades de capacitación, se identificaron otras competencias prioritarias en los distintos ámbitos de la función profesional: Administración, Planificación, Conservación, Aprovechamiento sustentable de los recursos, Control y vigilancia, Uso público, Comunicación y educación ambiental, Gobernanza, Relaciones institucionales e interpersonales”, detalla el informe de Lecciones Aprendidas y Proyección a Futuro de la Escuela, publicado en www.marpatagonico.org/publicaciones.
Sostenibilidad de la iniciativa
Sostener la inversión para la formación de personal a cargo de las AMP es ineludible para lograr la conservación del mar que estas herramientas se proponen. La iniciativa y sus fundamentos recibieron, incluso, la declaración “De Interés de la Honorable Cámara de Senadores de la Nación Argentina” en noviembre de 2017.
Durante 2017 y 2018 la Escuela fue impulsada por el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia, junto a la Administración de Parques Nacionales de Argentina, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile y el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Uruguay. Los participantes fueron enteramente becados gracias al apoyo de las organizaciones que coordinan la iniciativa -Fundación Vida Silvestre Argentina, Wildlife Conservation Society (WSC) Chile y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) Chile-, y de las auspiciantes – Oceans 5, WWF Holanda, ALUAR y Waitt Foundation.
Este ejemplo de esfuerzo regional y compartido, permitió abordar necesidades comunes, ahorrar recursos, y demostró que la colaboración entre las instituciones estatales, las organizaciones de la sociedad civil y las entidades donantes de distintos países es factible y permite organizar actividades de capacitación eficaces satisfaciendo necesidades regionales comunes.
El desafío por delante será sostener un mecanismo de capacitación continua, que abarque un porcentaje significativo del personal a cargo de los sistemas de AMP en los países del Cono Sur. Para dar continuidad a este esfuerzo y aumentar la cantidad de personal capacitado será necesario que las agencias de gobierno tomen gradualmente el liderazgo de la iniciativa y aporten recursos institucionales, humanos y financieros en forma permanente.