En recuerdo a William Conway

En recuerdo a William Conway 846 1024 Foro para la Conservación del Mar Patagónico
William Conway en Monte León, Argentina. Foto: Victoria Zavattieri

En los orígenes del Foro, fue crucial contar con la sabiduría y creatividad de una figura irremplazable para la conservación internacional como el Dr. William Conway.

Despedimos a un referente.

William Conway en Monte León, Argentina.

 

Por Claudio Campagna

Fundador y expresidente del Foro
Senior Conservation Fellow de WCS Argentina.

 

El 21 de octubre pasado falleció William Conway. Basta aquí decir que fundó el programa de conservación de la Wildlife Conservation Society (WCS), cambió el concepto de parque zoológico, e impulsó la protección de especies y espacios en la Patagonia Argentina. 

 

Bill fue más de lo que se cuenta. Fue un maestro con carisma, y me sorprende que se diga que era estricto cuando la palabra debería ser justo. Un hombre justo con sentido del humor. Era formal Bill, elegante. En un aspecto era predecible: nunca usaba una corbata en la que no figurara la vida silvestre.

 

Como presidente y director general de la Sociedad Zoológica de Nueva York, y luego WCS, pasó parte de su vida en el interior de una (maravillosa) oficina de un antiguo edificio del zoológico del Bronx, sede de WCS. Y sin embargo, el perfil que mejor lo representaba era el de naturalista de campo. Disfrutaba la cercanía de los animales en la naturaleza, se sumergía en los espectáculos naturales, como él llamaba, por ejemplo, a una colonia de pingüinos o de elefantes marinos. En el campo, era predecible en otro aspecto: siempre usaba la misma campera, y “siempre” significa por lo menos treinta años. 

 

El padre de Bill fue un artista plástico reconocido. Debió haber sido importante la influencia estética que derivó de ese padre, una sensibilidad que él expresó en todos los aspectos de su vida, y  más en la fotografía. Sacar fotos era una pasión. Se adaptó de inmediato a las tecnologías digitales. Sin duda, cambiaba de cámara con más frecuencia que de campera. Y gracias a esa “debilidad,” y a su generosidad, pude tener mis propios equipos fotográficos, que sirvieron, por ejemplo, para registrar imágenes, desde una avioneta, de los elefantes marinos de la Península Valdés, y conocer el tamaño de sus poblaciones.

William Conway en la fundación del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia, 2004.

La ausencia definitiva de Bill me achica el mundo. Aún a distancia, siempre fue sostén moral, intelectual y afectivo. También fue esencial para canalizar recursos hacia proyectos de conservación costera patagónica, entre los que estaban los míos. Bill era una persona-fuerza, de él emanaba dedicación a la causa. Solía contar la historia del huevo y el jamón: el huevo demanda a la gallina inversión parcial, el jamón, al cerdo, entrega absoluta. Terminada la historia, venía la pregunta: ¿qué tipo de conservacionista querés ser?

 

Lo pienso con imágenes disímiles. Lo veo sentado en una mesa de un restaurante cercano al Bronx. La broma era que la decoración parecía la de un cabaret. Lo veo, cóctel en mano, brindando sonriente, celebrando la amistad. Lo veo en las playas de la Patagonia, buscando un canto rodado de color o forma particular, entre infinitas alternativas, que siempre encontraba, admiraba y guardaba como la mayor obra de arte. Y lo veo detrás de su cámara, trípode bien armado, buscando el encuadre necesario, comentándolo con Guillermo Harris, y tal vez pensando que Guillermo iba a sacar una foto aún mejor.

 

Era un hombre de otro mundo Bill. Sus valores, su constancia, su humildad, su pasión por la naturaleza. Ese, por lo menos, es el que yo conocí. Tenía la mirada de un escultor allí donde se necesitaba remodelar el zoológico del Bronx, la de un cuidador de animales, la de un científico, político, economista. Era un ser humano hecho y derecho, y así anduvo por la vida. Hoy nos falta. Puede que mucho legado haya quedado en los innumerables seguidores que tuvimos el privilegio de dejarnos influenciar. No es consuelo, como cuando se extravía una pieza invaluable de algún fino mecanismo que no se puede recomponer. Su muerte es como una extinción.

Guillermo Harris, William Conway y Claudio Campagna

Guillermo Harris, William Conway y Claudio Campagna
Foto gentileza Claudio Campagna.

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