Foto: J. Deely
El Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia expresa su repudio a la destrucción del hábitat de reproducción del pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus) y los consecuentes daños ocasionados sobre los huevos y pichones de la especie. Este hecho ocurrió recientemente en el “Área Importante para la Conservación de las Aves Complejo Punta Tombo” (AICA – sitio identificado por BirdLife International) y ubicado dentro de la Reserva de Biosfera de UNESCO “Patagonia Azul”, en la provincia de Chubut, Argentina.
La preocupación e indignación de la sociedad en su conjunto ante este suceso es bienvenida y fundamental como un mecanismo de respaldo social para que las autoridades competentes -a nivel provincial y nacional- investiguen y sancionen. Solicitamos a las autoridades que, con el apoyo del sector académico y la sociedad civil, sigan dando impulso a la investigación iniciada, para que resulte exhaustiva y permita castigar en forma ejemplar a los responsables de este daño ambiental. Asimismo, se solicita que se dispongan, de manera inmediata, medidas de mitigación y reparación del daño ocasionado, como así también que se prevengan actos similares en el futuro y que se fortalezca la protección efectiva de las colonias.
Las especies que están en esta área sufrieron un impacto muy grave. Una pala mecánica y/o motoniveladora abrió un camino de aproximadamente 800 metros de extensión, seguido de la instalación de un alambrado con un boyero electrificado. En su trayecto atravesó sectores de nidificación de pingüinos de Magallanes y provocó la destrucción de un gran número de nidos.
En el área Punta Tombo-Punta Clara nidifican todos los años unas 200 mil parejas de pingüinos de esta especie que se reproducen entre septiembre y marzo. Hacen sus nidos en terrenos blandos cercanos a la costa y ambos padres se turnan para incubar los huevos y buscar alimento. Las crías alcanzan la independencia a los 90 días. Los pingüinos de Magallanes poseen una alta fidelidad a su nido, regresando al mismo lugar año tras año y reencontrándose con sus parejas, por lo cual mantienen vínculos de muy largo plazo. Por lo tanto, la destrucción de sus nidos destruye el vínculo de la pareja y los priva del sitio de reproducción que han mantenido y defendido durante toda su vida. Asimismo, el alambrado obstaculiza el paso de los pingüinos adultos al mar, recorrido que hacen constantemente un miembro de la pareja en busca de alimento para sus pichones, mientras que el otro se queda cuidando el nido. El ganado vacuno, presente en la propiedad, también impacta ya que el pisoteo puede aplastar los nidos y las crías.
Los hechos afectan de manera severa un paisaje que se encuentra protegido por una declaración internacional [Reserva de Biosfera de UNESCO] e impactan negativamente en la población de pingüino de Magallanes, una especie sensible a los cambios en su entorno, alertan los directores de la organización Global Penguin Society (GPS), Pablo García Borboroglu (investigador del CONICET) y Laura Reyes.
Se trata de una especie emblemática en los países del Cono Sur y uno de los íconos del turismo de naturaleza de la región. Esta colonia en particular recibe unos 120 mil turistas al año que genera ingresos para las comunidades locales.
“El hecho que nos convoca representa un verdadero crimen ambiental; actos como estos deberían ser tipificados como delitos ambientales”, reflexiona Ana Di Pangracio, directora adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). En ese sentido, desde el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia consideramos necesario incorporar de forma urgente un capítulo de delitos ambientales al Código Penal argentino. Asimismo, destacamos que tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo Nacional tienen un rol fundamental y se necesita de su absoluta proactividad en la materia.
Para evitar este tipo de situaciones, las áreas protegidas deberían ampliarse para proteger no sólo una porción de la unidad biológica que se pretende conservar, sino también todos sus valores de conservación. Por lo tanto, es menester dotar de mayor presupuesto, personal, medios de control y vigilancia, e infraestructura a las reservas naturales de la provincia y a las Reservas de Biosfera declaradas por UNESCO, de manera tal que puedan cumplir efectivamente con sus objetivos de conservación.
“Considerando estos antecedentes, las organizaciones de la sociedad civil que conforman esta red expresamos nuestra preocupación y ofrecemos colaboración y asesoramiento técnico para prevenir que estos hechos vuelvan a ocurrir, como así también para apoyar los procesos participativos que permitan encaminar nuestras propuestas en relación a la protección de la biodiversidad y a la prevención y sanción adecuada de los daños ambientales”, concluye Alejandro Vila, presidente del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia.
Video gentileza Global Penguin Society (GPS).