Entre el 28 de febrero y el 1 de marzo 2024 se efectuó una limpieza costera a lo largo de 10,2 km en Playa Cormoranes, ubicada en el Golfo Nuevo, Península Valdés.
Esta acción surge de una colaboración entre el Foro para la Conservación del Mar Patagónico, el gobierno provincial de Chubut -a través de la Secretaría de Ambiente, el Ministerio de Turismo y ANP, y la Secretaría de Pesca- y las organizaciones de la sociedad civil, que forman parte del Foro, Fundación Vida Silvestre Argentina (FVS) y el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB). Se desarrolló en el marco del Proyecto MaRes para reforzar la resiliencia de las Áreas Marinas Protegidas (AMP) de la Argentina, que cuenta con financiación de la Unión Europea.
Durante tres días, un grupo de 22 personas participaron de la actividad, entre ellas, técnicos, guardafaunas, funcionarios y miembros de Organizaciones de la Sociedad Civil. El trabajo articulado posibilitó recolectar 120 bolsones de residuos (más de 10 toneladas), en su mayoría: cajones, baldes, cabos, redes, colchones, envoltorios de nylon, cajas de embalaje, guantes de tela, guantes de cuero, botellas de plástico y botellas vidrio, principalmente provenientes de la actividad pesquera.
En relación con la estrategia a largo plazo, Fernando Pegoraro, subsecretario de Gestión Ambiental y Desarrollo Sustentable, destacó que esta actividad “se inscribe en una serie de limpiezas y censos iniciados en 2022, cuyos resultados les han permitido mejorar las técnicas de recolección de residuos”.
Playa Cormoranes es un sitio dentro del Área Natural Protegida Península Valdés que, por sus características, se ha convertido en una zona de acumulación de residuos provenientes del mar. Pegoraro añadió que “se prevé hacer un relevamiento y evaluación de residuos en la misma zona luego de 50 días con el objetivo de aportar información actualizada a lo ya registrado en anteriores intervenciones, y así lograr una comprensión detallada del impacto de la contaminación plástica y sus fuentes”.
Además, se propuso generar información sobre el carácter operativo y de logística de la limpieza, para contribuir a la sistematización de metodologías desde una perspectiva integral, y orientar los esfuerzos en otras intervenciones de remediación de las Áreas Naturales Protegidas de la región, teniendo en cuenta las características del lugar (como el acceso a la costa, calendario de fauna, entre otros)..
Alejandro Arias, especialista de Paisajes Costeros Marinos de Fundación Vida Silvestre (FVS) destacó que “por las distancias entre las playas, los centros urbanos y los sitios de recepción de los residuos, la logística de este tipo de actividades representa un gran desafío. La alianza entre diversos actores posibilitó que se superasen dichos obstáculos, logrando los objetivos propuestos”.
Basura plástica de origen pesquero
La contaminación plástica es una problemática creciente a nivel global, donde la mayor parte de los residuos plásticos que se originan en los grandes centros urbanos terminan en el mar por una gestión ineficiente y malas prácticas.
En las costas patagónicas, principalmente en Chubut, los residuos que se encuentran mayoritariamente provienen del mar y se generan en las actividades productivas, entre ellas la pesca.
Esta situación genera gran preocupación en la región por sus consecuencias directas en la biodiversidad, sobre todo en las AMP, que se traduce en lesiones y muerte, al igual que afectación de los ambientes marinos.
Los plásticos además se van degradando lentamente transformándose en microplásticos, lo que aumenta su potencial para contaminar los ecosistemas marinos de gran relevancia para la biodiversidad patagónica, con consecuencias también sobre la vida humana.
En este escenario, la sistematización de los protocolos de limpieza es de gran utilidad para guiar los esfuerzos de restauración en estas áreas. Este protocolo incorpora medidas probadas y destinadas a salvaguardar los procesos ecológicos fundamentales en los sitios afectados, y proporciona un conjunto de buenas prácticas que buscan optimizar la utilización de recursos y promover una gestión más eficiente que minimice el impacto de la intervención.
En relación con la importancia de cuidar nuestras costas y mares, Pablo San Luis, representante de la Secretaría de Pesca, mencionó que desde este organismo “están realizando campañas de concientización orientadas a los trabajadores del sector para minimizar la pérdida de elementos plásticos en el mar”. Finalmente, destacó la belleza del lugar, el impacto visual en el paisaje una vez finalizada la limpieza e invitó a la comunidad “a mantenerse informada y participar”.
Estrategias circulares
La recuperación y gestión adecuada de los residuos plásticos recolectados en las limpiezas son un ejemplo de la importancia de implementar estrategias circulares que eviten que esos plásticos impacten de forma negativa en costas y mares, y en las especies asociadas.
Los residuos recolectados durante esta actividad se derivarán a dos centros de reciclaje (Centro de Jubilados de la Alimentación y Reciclados Patagónicos), con el objetivo de darle trazabilidad a estos plásticos, al utilizarlos como insumos para la elaboración de nuevos productos. Esto deriva en contribuciones no sólo para reducir el plástico en las costas y mares, sino que evita que lleguen a basurales, y fomenta su reciclaje y reutilización.
Mientras las acciones y censos de limpieza cumplen un papel fundamental en la restauración de la salud ambiental, los esfuerzos multisectoriales para aplicar estrategias preventivas constituyen el catalizador clave para una transformación significativa en el impacto de las actividades humanas sobre estos ecosistemas.