El Foro para la Conservación del Mar Patagónico apoya la 4ta edición del Patagonia Eco Film Fest, el Festival Internacional de Cine Ambiental de la Patagonia. Será del 2 al 5 de octubre, en Puerto Madryn, Chubut (Argentina), con la proyección libre y gratuita de más de 50 películas.
Es lugar común: “no podemos conservar lo que no conocemos.” Si fuera cierto, deberíamos conservar mucho más, porque la ciencia de la conservación va muy por delante de la voluntad política por cuidar. Es posible también que se esté malinterpretando la idea de “conocer.” El ser humano es particularmente visual en su manera de entender al mundo, “reconoce” más que “conoce.” ¿Debería entonces la ciencia de la conservación mostrar imágenes, más que datos de la estadística? Empezamos con una verdad de Perogrullo y acabamos con otra: “una imagen vale más …”, y esto sí parece cierto.
El poder de la imagen se supo antes de que se acuñara la palabra arte. Allí donde una “pared” ordenaba espacios hubo imágenes en ella representadas, fuera roca de caverna o cúpula de catedral. La pintura idealizó el universo, la fotografía lo detuvo, pero el cine lo recreó. Los mejores que apuntaron sus cámaras hacia la peor desventura humana, como Roberto Rossellini, también lo hicieron hacia la naturaleza, unificando desventuras en dos géneros expresivos.
El documental de naturaleza es hoy una especialidad de la cinematografía que debería enseñarse en los departamentos de filosofía. Más que la técnica, lo importante es lograr que si no nos vemos en carne y hueso, tal vez nos veamos en un espejo. Mucho se ha avanzado desde Cousteau y El Mar Viviente. Y si por un tiempo la cinematografía de naturaleza se detuvo en el detalle del ojo, el pico y la carrera, hoy coloca la sorpresa en los ojos del espectador.
Y mientras la miramos a través de un vidrio, la naturaleza padece, y en algunos casos ya ni sana. Se la puede mostrar herida, o se puede hacer la vista gorda y quedarse con el remanente de esplendor. Cada generación redefine esa palabra, se olvida de lo que fue y cree que lo que es ha sido así siempre. El género documental debería seguir el modelo del relato que muestra, espera diez años y vuelve a mostrar. Se comprendería mejor el significado de arrojar un nuevo billón de seres humanos al mismo espacio.
El documental de naturaleza tiene un reto por delante: hacer que una imagen valga más que mil excusas. Debe acorralar a la desacreditada clase política, a la irreverente clase empresarial, y a la descarrilada sociedad de la post-verdad. No vale el modelo naturaleza sin humano, ni tampoco el que los junta. Vale mostrar qué humano es el que tanto daño hace. Perdimos, o nunca tuvimos, el necesario temor al hombre; en el ojo de los animales es donde mejor se expresa.
La desventura humana alcanzará límites insospechados sin los soportes naturales que con tanta facilidad comprometemos. No se puede aceptar que el mar viviente acabe en agonía. Evitarlo es la mayor causa común de la historia en pleno. Los que tienen la creatividad a favor pueden jugar un papel en detener el sinsentido y refundar el contrato social. Para conservar se necesita enseñar a ver.
Prólogo de Claudio Campagna
| Presidente, Foro para la Conservación del Mar Patagónico|
| Programa Argentina, Wildlife Conservation Society |
| Presidente, Foro para la Conservación del Mar Patagónico|
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