Mirar el mar con otros ojos: ciencia, tecnología y conciencia para proteger la vida en el Mar Patagónico

Mirar el mar con otros ojos: ciencia, tecnología y conciencia para proteger la vida en el Mar Patagónico 2560 1707 Foro para la Conservación del Mar Patagónico
En el Mes de los Océanos, el Foro para la Conservación del Mar Patagónico propone tender un puente entre ciencia, tecnología y participación ciudadana para visibilizar la crisis que atraviesa uno de los ecosistemas más vitales del hemisferio sur: el Mar Patagónico, sus Áreas de Influencia y las especies que sostienen su equilibrio ecológico. A través de charlas con especialistas y una experiencia interactiva en realidad aumentada, la propuesta busca transformar nuestra forma de mirar el océano e impulsar acciones concretas para su conservación.

Este extenso corredor de biodiversidad frente a las costas de Argentina, Chile, Uruguay y Brasil alberga una de las mayores riquezas biológicas de la región. Sin embargo, la presión humana es cada vez más evidente. Contaminación por plásticos, sobrepesca, tráfico marítimo y cambio climático están dejando huella en especies que cumplen roles ecológicos clave, advierten especialistas del Foro.

La tecnología como una ventana inmersiva al Mar Patagónico

Como parte de esta campaña, el Foro invita al público a interactuar con un filtro de realidad aumentada disponible en redes sociales, que permite experimentar de forma directa los contrastes entre un océano degradado por la acción humana y uno saludable, repleto de vida.

Diseñado con fines educativos y de sensibilización, el filtro propone a los usuarios “limpiar” un paisaje submarino invadido por residuos para revelar un ecosistema vibrante, donde emergen cuatro especies emblemáticas del Mar Patagónico: la tortuga verde, el pingüino de Magallanes, la ballena franca austral y el elefante marino del sur.

Cada una de estas especies cumple funciones ecológicas clave y está actualmente amenazada por distintas actividades humanas. Mediante esta herramienta, las personas podrán acercarse al conocimiento científico, al valor de la biodiversidad y al sentido de urgencia que requiere su protección.

Vida marina, tesoros a conservar

Una de las especies más afectadas es la tortuga verde (Chelonia mydas), visitante habitual de aguas patagónicas, que confunde residuos plásticos con alimento.

El Lic. Alejandro Fallabrino, Director ejecutivo en Karumbé de Uruguay, resalta que “en zonas donde anidan, la matanza de huevos para consumo, es una de las problemáticas más preocupantes, mientras que en Uruguay, donde solo hay tortugas verdes juveniles que vienen a alimentarse, las amenazas más importantes son la captura incidental en artes de pesca y, más reciententemente a partir de 2001, se han empezado a encontrar rastros de plástico en esta especie (…) En 2011, ocurrió la tragedia de que se registraron más de 300 tortugas muertas por plásticos”.

El pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus), ave emblemática del Mar Patagónico, también se ve afectada por la contaminación plástica. La Mg. Maria Carolina Contato Weigert, Directora del Núcleo de Educación y Monitoreo Ambiental de NEMA en Brasil, resalta que muchos individuos que llegan a las costas de Brasil en invierno “frecuentemente están enfermos por ingerir residuos, o debilitados por el contacto con otros contaminantes”.

Sobre las amenazas que afectan a la ballena franca austral (Eubalaena australis), símbolo de resiliencia tras siglos de caza comercial, el Dr. Mariano Sironi, Director Científico del Instituto de Conservación de Ballenas en Argentina, señala: “la ballena franca austral enfrenta hoy nuevas y diversas amenazas, algunas globales como es el cambio climático o reducción en su principal fuente de alimento debido a la competencia con la industria pesquera del krill, también las colisiones con barcos y enmallamiento con redes y sogas de pesca(…), en el caso de la población de Península Valdés, los ataques de gaviotas que se alimentan de la piel y la grasa de las ballenas vivas y la actividad petrolera, actualmente amenaza con afectar un hábitat crítico en su área de cría.”

El elefante marino del sur (Mirounga leonina), según la Dra. Catherine Dougnac, Subdirectora Científica de WCS Chile«(…) se ven afectados por distintas amenazas, tanto cuando están en el mar como cuando están en las costas (…) Salen a tierra durante su período reproductivo, y ahí también enfrentan algunos riesgos, como el turismo irresponsable, que les genera una presión muy grande en un momento particularmente sensible.» Así mismo, sobre cómo afecta la contaminación plástica a esta especie señala que la contaminación, tanto la generada en la tierra como en el mar, “los afecta muchísimo, sobre todo los residuos plásticos, que se encuentran en distintas costas de todo el Mar Patagónico.«

Por otro lado, en la temporada reproductiva de 2023, el virus de la influenza aviar de alta patogenicidad H5N1 mató al 97% de las crías de elefantes marinos del sur (unos 17.000 individuos) y a un número incierto de adultos reproductores del elefante marino del sur en las costas de Chubut. De acuerdo a Julieta Campagna, coordinadora de conservación en el paisaje Valdés de WCS ArgentinaEste fue el primer registro de mortalidad masiva de elefantes marinos del sur para esta agrupación, la única continental de la especie, además de representar el primer registro mundial de mortalidad masiva de elefantes marinos por influenza aviar (…) Se podrían necesitar 100 años antes de que la agrupación de elefantes marinos del sur de la Península Valdés vuelva a tener 18.000 hembras reproductivas, como en 2022”.  En este sentido, Campagna destaca la importancia del monitoreo periódicos para prevenir nuevos rebrotes, el trabajo conjunto con las autoridades provinciales y los usuarios de las playas, y señala que la zonificación de la pesca deportiva y de los vehículos todo terreno aportaría diferencialmente a impedir mortalidad de crías durante los meses de agosto a noviembre. Cada animal cuenta, y hoy más que nunca.”  Para finalizar, pone en valor la reciente “aprobación de la ley de protección de elefantes marinos en todo el territorio de la provincia de Chubut cuyo objetivo es contribuir a su cuidado, especialmente, en playas donde los animales están expuestos al disturbio humano”.

Desde hace más de 20 años, las organizaciones que conforman el Foro para la Conservación del Mar Patagónico trabajan de forma articulada para enfrentar estas amenazas mediante estrategias concretas y colaborativas. Entre sus principales líneas de acción se destacan la promoción y el fortalecimiento de Áreas Marinas Protegidas bajo un enfoque de gestión adaptativa; el impulso de políticas públicas e iniciativas de educación ambiental para reducir la contaminación plástica, en especial la de origen pesquero; la formación de gestores marinos comprometidos con la conservación, a través de la Escuela de Gestores de Áreas Marinas Protegidas, que busca fortalecer las capacidades de quienes implementan estrategias clave en sitios de alta importancia ecológica; entre otras acciones que buscan mitigar las amenazas que fragmentan y degradan la resiliencia del Mar Patagónico y sus áreas de influencia. Estas acciones no solo apuntan a proteger especies emblemáticas, sino también a asegurar la salud y resiliencia del ecosistema marino en su conjunto. Frente a un escenario de creciente presión sobre el océano, el Foro propone avanzar hacia soluciones colectivas, basadas en la evidencia científica y en el trabajo conjunto entre organizaciones, comunidades costeras y tomadores de decisiones.

Un llamado a mirar más allá de la superficie

Frente al avance de las amenazas, mirar el mar con otros ojos implica reconocer que su destino está entrelazado con el nuestro. Las transformaciones que vivimos en tierra firme también se juegan en las profundidades del océano. Por eso, construir una ciudadanía comprometida con su cuidado requiere acercar la ciencia a las personas, visibilizar lo que está en riesgo y generar experiencias que movilicen.

La conservación del Mar Patagónico no es una tarea exclusiva de científicos ni de gobiernos: es una responsabilidad compartida que empieza por conocer, comprender y actuar. En un tiempo donde el océano parece distante, apostamos por nuevas formas de conexión que despierten conciencia y mantengan viva la posibilidad de un futuro con mares sanos, diversos y llenos de vida.

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